Todo esto parece un largo camino desde un frío día de invierno en Mineápolis en 1926, cuando Russell Gray, que en aquel entonces era un empleado de estacionamiento, se dio cuenta de que tenía que existir una mejor manera para lubricar automóviles que utilizando pistolas de grasa manuales. Ese día la temperatura había bajado tanto, que era imposible mover la grasa.
Para satisfacer esa necesidad, creó una pistola de grasa que funciona por presión de aire. La reacción favorable de los dueños de estaciones de servicio y un mercado automotriz en crecimiento llevaron a Russell y a su hermano, Leil, a formar una empresa para comercializar la nueva pistola de grasa de Russell. El resultado fue Gray Company, Inc., que durante su primer año de operaciones generó ventas por $35,000.
Durante las siguientes dos décadas, Russell y Leil guiaron a la compañía a través del crecimiento sostenido, principalmente con bombas de lubricación para automóviles. Se dice que Russell era la fuerza creativa detrás de la firma; Leil, como el primer presidente de la compañía, proporcionaba la perspicacia empresarial.
Para el comienzo de la Segunda Guerra Mundial, la Compañía Gray alcanzaba el millón de dólares en ventas. La firma respondió a las nuevas demandas y oportunidades presentadas por la rápida acumulación de defensa de los Estados Unidos con una variedad de nuevos productos lubricantes. Cuando finalizó la guerra, la administración se dio cuenta de que podía aplicar su experiencia en la manipulación de fluidos a muchas otras áreas además del servicio automotriz.

